La venganza
Hace poco me ocurrió una cosa, un suceso desagradable que no me apetece comentar con detalle. En pocas palabras puedo decir que me dieron un desplante, de estas veces que te quedas clavado en el suelo y te tienes que dar media vuelta con cara de imbécil, preguntándote quién te mandará a ti meterte o decir lo que no debes.
Bien, no se porqué, pero me jodió bastante, porque no me lo esperaba, porque estaba fuera de lugar… por lo que sea me pilló desprevenida.
Por todo esto, ronda por mi cabeza una idea… venganza.
No suelo reaccionar así, no creo que sea vengativa y, realmente, lo pienso y esa persona no me interesa y hace tiempo que la considero poco relevante y desde luego vulgar. Por eso no tenía espacio en mi existencia, ni para bien ni para mal.
Si esto es así, qué le pasa a mi orgullo?? Por qué esta dañado??
No entiendo porqué esa reacción inconsciente que se apodera de mi, inunda mi mente y pide “justicia”. Mi ego quiere vengarse y apuntarse un tanto, uno ganador.
Dicen que la venganza se sirve en frío y qué mejor que eso… pero lo que me pasa es que tengo una disyuntiva, debo hacerlo o, como decía mi sabia abuela, “el mayor desprecio es no hacer aprecio a las cosas”….
Pienso y creo que lo que me ofusca es el hecho de que cualquiera se vea con el derecho a criticar o menospreciar a alguien, de una manera tan evidente, claro, porque a las espaldas quién no lo ha hecho alguna vez...
La gente no tiene educación, y cuando encuentran a dos almas simples que les bailen el agua, ya se crecen y se ven con pleno derecho sobre los demás.
Será mi lado justiciero o es que empiezo a ser una vieja prematura, por lo que cada vez acepto menos esas arrogancias ajenas.
En cualquier caso admito todo tipo de sugerencias por si decido llevar a cabo una sutil venganza.
3 comentarios
Ahtramart -
La verdad es que no merece la pena.
Jeje!! Gracias apañeros.
gnosys -
Yo pasaría del tema, siempre tomando nota. No te calientes dándole vueltas o pensando la forma de vengarte. Pero si tienes la oportunidad... ¡desquítate! Pero no lo busques.
Andreiña -
a) Darle vueltas y vueltas al asunto y qué hacer al respecto, para acabar reprochándote la importancia que le das a esa persona que te ha hecho daño.
b) Vengarte (muajaja)
c) Olvidarte del tema.
Yo personalmente me inclino por la última, pero dejando claro que te han herido. En todo caso hay que conocer las circunstancias. No es lo mismo un jefe gilipollas que un amiguete, ni una madre que un novio. Tienes que pararte a pensar cuál va a ser tu relación en adelante con esa persona, y si realmente sentía lo que decía, estaba estresado, tenía un mal día, alomejor te pide perdón mañana, etc. No hay que precipitarse. En caliente lo primero que nos viene a la mente es el desprecio y las ganas de cortar algunos dedos. Pero te recomiendo que cuentes hasta diez y decidas lo mejor... Si me lo contaras, interaría ayudarte, así que ya sabes dónde me tienes.
De todas formas, y aunque sea una gilipollez, todos sabemos que de estas cosas se aprende, aunque sólo sea para calar a la gente y saber quién merece la pena de verdad.
¡Anímate!
P.D: Venganza física: aplástale el dedo gordo del pie con un martillo. Psicológica: la siempre estilosa técnica del vacío, o bien el difícil acoso del poltergeist casero.