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Lost in a dream

Regalos

Regalos

Little Girl Trying to Peek at Her Birthday Presents
by Robert W. Kelley

Siempre me ha puesto muy nerviosa eso de los regalos, tanto regalar como que me regalen.
Y como en muchas cosas, tirando del hilo se llega a la raiz del problema.
Que me regalen... hay algunos antecedentes determinates. Cuando era pequeña una vez en Reyes me trajeron un lego con el precio, de ahí surgió un tierno trauma.
Cuando se terminó el tema de los Reyes mi madre y alguna parte de la familia decidió que el mejor método para regalar era ese de "cómpráte algo y luego me dices qué te ha costado". O el más fácil todavía: unas semanas antes o después de la fecha a regalar (bien Reyes o el cumpleaños) comentas que te compras algo, cualquier cosa, un libro, una camiseta... y mi madre llega y dice "¡ah! mira pues dime cuánto te ha costado y es como si te lo hubiera regalado yo". Hombre, por dios, un poco de esfuerzo...
Claro, si es que lo mejor de los regalos es que no tengan ningún misterio y que te los compres tú sin tan siquiera saber que eso va a ser tu regalo. Porque todos sabemos que salir y pegarte con medio Madrid en las zonas comerciales no es plato de buen gusto, pero es el lado oscuro del bonito arte de regalar.

Pero ¡ay! y esas parejas que no regalan porque no les gusta la Navidad y creen que eso del consumismo apesta. Nada de presentes, ni por el cumpleaños, que odian tanto los regalos que ni felicitan, que parece ser que eso de "Feliz Cumpleaños" es producto del capitalismo más puro.

Otros que también me gustan son esos regalos absurdos que se hacen con gente a la que no conoces bien, véase el amigo invisible del curro o los cumpleaños de los compañeros de fatigas.
Vámos a ver, de qué sirve gastarnos los duros en cosas absurdas e inútiles que no se ajustan, ni de lejos, al gusto del que las recibe, que con cara desencajada y utilizando todas sus artes interpretativas,que ni María Guerrero, fingiendo dice ese "¡jo! me encanata, gracias" y con un cabreo monumental lleva a casa "eso", que parece que le ha regalado su más ferviente enemigo, y lo abandona en el fondo del armario.
Que no es tan complicado regalar, sólo hay que ponerle un poco de interés, que debería haber una ley que dijera "los regalos, ya sean de aniversarios o acontecimientos puntuales, se deberán hacer con interés, sin olvidar los amigos invisibles que requieren, además, una especial habilidad. En los casos aenteriormente citados se asegurará en quitar el precio del presente".

Y esos regalos que regalan algunas personas pero que en el fondo son para ellos... eso es fascinante. "Mira te he regalado este disco, ¿te gusta? ¿me lo puedo llevar para grabármelo?"... a mí una vez me pasó eso, sí como hace 15 años. Aún estoy esperando a que me devuelvan el vinilo que me regalaron.
Es como un subtipo de aquellos que regalan lo que les gusta a ellos en lugar de lo que le gusta al que lo va a recibir. Claro, cómo no me va a gustar que me regales una película de terror checoslovaco de mitad de siglo pasado, con subtítulos en normando, que te encanta a TI... que a mí me guste el cine alemán y lleve diciendo 4 meses que quiero El Gabinete del Doctor Caligari, es completamente irrelevante.

Yo no soy de las que quieren grandes regalos, de hecho siempre digo que me regalen algo que necesite. Es decir, que viene mi cumpleaños, un libro, que no quieres regalarme un libro, pues me regalas una colonia que se ma ha gastado la mía... es que soy así de útil. A algunos les saca de quicio eso, pero más me molesta a mí una camiseta amarilla con tachuelas que tengo en mi armario muerta de la risa.

Esto es que te regalen, pero ¡y el regalar!... A mí me han pasado unas cuantas anécdotas que hacen que me ponga cardiaca cuando regalo. Desde siempre mi madre ha devuelto o cambiado todo, y cuando digo todo es todo, lo que se le ha regalado. Que quieras que no, pero eso crea bastante inseguridad a la hora de regalar. En otras ocasiones me han devuelto los regalos. Sí sí, que tú regalas sin venir a cuento, para dar una sorpresa, y la otra persona empieza con el "no deberías", "que por qué me lo regalas" y acaba con un cabreo monumental diciendo que no lo quiere. Que la gente es muy rancia.
Que todo esto no es tan complicado, ya lo sé, pero todo depende de la gente con la que te topas, y algunos pueden hacerte las cosas muy difíciles.

El que regale que lo haga con esmero, los que no les gusta eso de comprar... hombre, es tradición, un detallito por el cumpleaños o por fin de año (yo es que no soy ni de Santa ni de los Reyes) no es ni consumismo ni nada por el estilo, que a nadie le amarga un dulce.

 

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