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Lost in a dream

La vida de los otros

 

Cartel

Dirección y guión: Florian Henckel von Donnersmarck.
País:
Alemania.
Año: 2006.
Duración: 144 min.
Género: Drama.
Interpretación: Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland), Ulrich Mühe (capitán Gerd Wiesler), Sebastian Koch (Georg Dreyman), Ulrich Tukur (teniente coronel Anton Grubitz), Thomas Thieme (ministro Bruno Hempf), Hans-Uwe Bauer (Paul Hauser), Volkmar Kleinert (Albert Jerska), Matthias Brenner (Karl Wallner), Herbert Knaup (Gregor Hessenstein).
Producción: Quirin Berg y Max Wiedemann.
Música: Gabriel Yared y Stéphane Moucha.
Fotografía:
Hagen Bogdanski.
Montaje: Patricia Rommel.
Dirección artística: Silke Buhr.
Vestuario: Gabriele Binder.
Estreno en Alemania: 23 Marzo 2006.
Estreno en España: 16 Febrero 2007.

El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) es un oficial extremadamente competente de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana. Pero, cuando en 1984 le encomiendan que espíe a la pareja formada por el prestigioso escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland (Martina Gedeck), no sabe hasta qué punto esa misión va a influir en su propia vida.

¿La gente cambia? Yo creo que sí, todos tenemos un punto de inflexión donde la perspectiva cambia y es cuando se justifica que nuestro comportamiento sea totalmente diferente.

Porque todos cambiamos y todos tenemos un precio, para bien o para mal. ¿Qué debe ocurrir para que se nos ablande el corazón y ayudemos a otros, o para que se nos vuelva roca y dejemos de confiar?

La vida de los otros habla del cambio de las personas, de los ideales y el precio que estamos dispuestos a pagar por ellos. De la esperanza en la condición humana.

Le robó el Oscar a “El Laberinto del Fauno” y muchos premios europeos a “Volver” y se entiende. Es larga pero no cansa. Dedica el tiempo necesario a cada momento que contar y deja una gran sensación agridulce cuando termina.

Se recomienda para aquellos que quieren ver cine, una película buena, que te hace sentir (incluso llorar) y te deja rumiando sensaciones hasta pasados unos cuantos días. Algunos consideran que está sobrevalorada, yo considero que es más que recomendable.

Lo mejor: “ha llegado el momento de las amargas verdades” y el final que no cae en la ñoñería.
Lo peor… llevo tiempo buscándolo, y para mí, nada.

 

 

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