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Lost in a dream

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¿Fue suficiente con hacer la foto y plasmar la realidad?

Kevin Carter reportero gráfico nacido en 1960 en Johannesburgo, Sudáfrica, formaba junto con otros tres reporteros el Bang Bang Club, se exponían a toda clase de peligros y obtenían unas fotos tremendas, donde se plasmaba el hambre, la guerra y el horror.

En 1993, en Sudán realizó la fotografía que le valió la portada del New York Times y el Premio Pulitzer en 1994, aquella famosa foto donde aparece una niña vencida por el hambre mientras un buitre espera al acecho.

Cuentan que esperó 20 minutos a ver si el buitre abría sus alas y así capturar la “imagen perfecta”, también que no hizo nada por ayudar a la niña, que la abandonó a su suerte sin socorrerla, a pesar de encontrarse un comedor de ayuda de la ONU a unos metros, sólo espanto al buitre y se fue… y eso le atormentó hasta su suicidio en julio de 1994.

En el viaje a Sudán, le acompañó su amigo Joao Silva, y ambos retrataron el “Triángulo de la Hambruna”. Durante todo su viaje fotografiaron miles de niños muriendo de hambre, plasmaron el horror a la perfección pero en ningún momento ayudaron a ninguno.

A su regreso a New York, en 1994, para recoger el Premio Pulitzer dijo:

"Será la foto más importante de mi carrera, pero no quiero ni verla. La odio."

Poco antes había muerto en un tiroteo en Tozoka su gran amigo y miembro del Bang Bang Club Ken Oosterbroek, esta tristeza, la culpa, los horrores fotografiados y los excesos, le llevaron el 27 de julio a terminar con su vida inhalando monóxido de carbono.

Su nota suicida, de más de ocho páginas, decía: “Estoy deprimido, sin teléfono, sin dinero... atrapado por imágenes de asesinatos y cadáveres, furia y dolor, niños heridos o muriéndose de hambre, hombres que apretan el gatillo con alegría, policías y ejecutores... Voy a reunirme con Ken, si tengo suerte”.

La información es necesaria, no podemos cambiar de canal o mirar a otra parte cuando la realidad no nos gusta. El mundo no funciona así. Aunque no lo conozcas existe y aunque no lo mires, está. No podemos ampararnos en la ignorancia.

Pero no se debe limitar a eso. Con el conocimiento no basta, y si ya resulta inaceptable nuestro pasotismo, el estar frente a frente con el problema y no hacer nada es imperdonable.

Supongo que ver todo lo que Kevin Carter vio y mantenerse impasible pasó factura. Hay muchos que hacen lo mismo, que provocan esas situaciones y, en vez de ganar el Pulitzer, ganan millones o unas elecciones.

Es imposible tanta indiferencia. Por algún lado reventará todo esto.

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“Kevin Carter” Manic Street Preachers

 

Images contaminate us like viruses

(Paul Virilio)


1 comentario

Andreiña -

Ufff, qué foto... La verdad es que siempre pensamos en ese mundo que, como dice Susanita en Mafalda "por suerte queda tan, tan lejos", pero raras veces nos tomamos en serio la cantidad de dolor y sufrimiento que está soportando el mundo. Imágenes como estas, y vidas como la Kevin Carter nos lo muestran... aunque a veces, no sé, se hace necesario cerrar los ojos para poder vivir. Y creo que todos lo hacemos en algún momento. Por lo menos se le puede agradecer a Carter que abriera los nuestros ahora. Con las historias de Joe Sacco me pasa lo mismo. Por cierto, son novelas gráficas, y te las recomiendo.
Un saludo, tengo que llamarte, te lo dije! Abrazo de oso!